Cuentos de Pajaritos en Soná

Un cantar muy dulce y melancólico rompía el silencio por las noches. Era el cocorito, que se le ocurría cantar a cualquier hora, ¡incluso de madrugada!

Al escucharlo, mi madre diría: “Virgen santísima, ¿quién se irá a morir?” ¡Ay, mami, esas son creencias y nada más!, le decía.

Al amanecer, la noticia de que alguien había muerto nos llenaba de estupor. Sucede que cuando el cocorito canta, se dice que alguien en el pueblo muere.

Por fortuna cocorito no siempre acierta, pero tan preciso es el bendito pajarito que con su cantar pareciera casi pronosticar la muerte de algún conocido en el pueblo, de allí que le digan pájaro de mal agüero.

Por mi parte, nada más escucharlo, -y, muy a mi pesar-, lograba inquietarme por aquello de “uno nunca sabe”, y más aún teniendo en casa a mi padre con más de un siglo de existencia a cuestas.

Mi escepticismo frente al misterio o coincidencia de su aviso, parecía estar en constante fricción. ¿Será, no será?

Mi padre hoy descansa en paz y el cocorito nunca nos avisó.

¿Quién se imaginaría que el cocorito, con la fama lúgubre que lo acompaña, fuese la hermosura de pajarito que es? Su figura es semejante a un búho, pero chiquitito, ¡y de lo más lindo!

¿Cómo podría tanta belleza ser portador de una desgracia?

Pero son muchos a quienes su cantar les sugestiona…mi madre, y a muchos más.

¿Será que la fama la tiene bien ganada? Un misterio, quizá…

Catana, Pájaro que pide Agua

La catana es un pajarito chocolate, parecido a una pequeña palomita.

Cuando en Soná arrecian los días secos, y estos se extienden más de lo esperado, grande es la alegría de mi madre al escuchar ese cantito tan peculiar, casi triste y melancólico, que proviene de esta linda avecilla. Con su clásico cantar le hace decir entusiasmada: “¡Ya está la catana llamando el agua, viene la lluvia!”…

Aquello siempre me hizo gracia, ¿cómo podría un tierno pajarito tener semejante virtud?

¿Cómo pensar que llovería cuando el sol resplandecía, quemaba la piel, ardía; y el cielo más diáfano que nunca, no podía estar?

¿Cómo podía llover?

De pronto una gran nube aparecía y se cruzaba en el camino del sol, y el panorama cambiaba todo. Una profusa lluvia de bendiciones se arrojaba sobre nuestra tierra seca, sedienta y deshidratada, ansiosa por aplacar su prolongada sed: “Yo lo dije, la catana no falla”, diría al rato mi madre, mientras reía complacida ante mi mirada de incredulidad…

A pesar de todo, en mi imaginación pensaba que las vacas y sus terneritos flacos y huesudos, los pastos secos, los sembradíos, las flores y los animalitos todos; le agradecían a la catana por llamar a la lluvia con su canto y, lo más asombroso, ¡que ésta le hacía caso!

Claro está que no creo en estas cosas, pero resulta divertido formar parte de aquel escenario tan propio de los pueblos, donde la magia del misterio se mezcla con la realidad…

Al final, la vida y la naturaleza guardan muchos enigmas, curiosos secretos, detalles que nos resistimos a creer y considerar ciertos, y cuando finalmente ocurren, solo atinamos a decir: Coincidencias y nada más.

Cierto o no, estos pajaritos tienen lo suyo y, ¡son encantadores!

Pájaro Puerquero

Entre otras historias de pajaritos para contar, están los cuentos del pájaro puerquero mejor conocido como turrututú, porque así se escucha cuando canta: turrututú.

Este pajarito canta en las noches de verano, cuando éstas van a ser frías.

Para los que no conocen Soná, o lo conocen solo por su caluroso clima, han de saber que siempre es bueno tener un abrigo o mantita a la mano, pues en ocasiones las noches suelen más que frescas, y si el pajarito puerquero nos canta en una noche de verano, ¡fijo que temblaremos de frío!

Pájaro Brujero

En reuniones familiares, de aquellas en las que se comparte algún asado, o una fogata a orillas de un río cuando cae la noche; bajo la luz de la luna, no faltan las historias como las del pájaro brujero.

En medio de la oscuridad, cuando no se escucha más que el murmullo de las aguas que se deslizan entre las piedras, el cantar de los sapitos y las ramas de los árboles que se agitan con el viento, el cuento viene de lo mejor para alimentar la sugestión de los presentes, especialmente los chiquillos.

¡Cuánto se disfrutan aquellos momentos!…Momentos que no se olvidan.

Este pajarito canta a orillas del río Cobre en un charco llamado La Olla Bruja o El Higuerón. Este charco se encuentra después del paso del río, mejor conocido como los Bajos del Cobre.

Es probable que el brujero no sea muy conocido por la mayoría, pues no es frecuente escuchar hablar de él, pero para los que deseen tener un encuentro cercano del tercer susto, tendrán que darse una vueltecita por allí y descubrir cómo es su cantito, si es dulce o espeluznante como sugiere su canto, o el charco donde canta…

Y, tú, ¿conoces más historias de pajaritos?

P.S. Esto lo escribí hace varios años, recuerdos dedicados a mi amada madre. Hoy, en su cumpleaños, lo retomo en su memoria. Y en la nuestra, sus hijos y familia, siempre y para siempre, ¡muy presente!

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