He aquí una síntesis de los hechos ocurridos a lo largo de su historia. Esfuerzo, persistencia, luchas, tropiezos y grandes recompensas.
Un breve recorrido a lo largo de su historia
Años atrás, cuando los niños y jóvenes terminaban sus estudios primarios se encontraban con la dificultad de continuar con sus estudios secundarios, ya que Soná no contaba con escuelas para ese fin. Solo los más pudientes económicamente continuaban con su aprendizaje en otras provincias. Esta realidad llevó a un grupo de sonaeños, liderado por el Prof. Rafael Cornejo, a promover la idea de crear un Primer Ciclo, hecho que se logró mediante Decreto Ejecutivo N°. 725 del 10 de diciembre de 1962.
El 6 de mayo de 1963 se imparten las primeras clases a los jóvenes del pueblo y con ello nace la esperanza de un mejor porvenir para Soná.
Fueron 108 estudiantes los que recibieron sus clases en un local de dos pisos ubicado frente a la Placita de la Bandera, en el centro del pueblo.
Tuvo como primer rector la figura emprendedora del educador, Prof. Rafael Cornejo, cuya destacada labor fue realmente admirable, una persona que jugó un papel muy importante y decisivo en los inicios de la historia del plantel, cuando este era apenas un sueño. Bajo su liderazgo y tenacidad Soná obtuvo un gran logro en el ámbito de la educación.
La población crecía a pasos agigantados y con ella el número de estudiantes era cada vez más grande. Surge la necesidad de un lugar más amplio, se hicieron las gestiones pertinentes y se logró que los terrenos ubicados en la barriada Padre Guembe fuesen destinados para edificar lo que sería el Primer Ciclo de Soná. El 31 de agosto de 1970 se inician las funciones en el nuevo centro de estudios.
Posteriormente, un grupo de personas aboga para que al nuevo plantel le sea conferido el nombre de José Bonifacio Alvarado, maestro de escuela primaria y autor de algunos relatos acerca de la historia de Soná. El propósito fue alcanzado y mediante Decreto Ejecutivo N° 120 del 30 de agosto de 1978 queda formalmente constituido como Primer Ciclo José Bonifacio Alvarado.
El aumento de la población estudiantil derivó en la creación de un segundo ciclo, oportunidad que les permitiría culminar sus estudios secundarios.
El 3 de julio de 1979, mediante Decreto Ejecutivo N° 98, el Primer Ciclo se convierte en Colegio Secundario. Los estudiantes contaban con bachilleratos en Ciencias y Comercio.
El respeto y prestigio alcanzado con los años logró que el Ministerio de Educación, mediante Decreto Ejecutivo N° 156 de agosto de 1999, declarara formalmente al Colegio José Bonifacio Alvarado como un centro de estudio de primera categoría.
Con el tiempo llegaron muchos beneficios, como: Ampliación de nuevos pabellones, el gimnasio, equipos de laboratorio, laboratorio de informática, construcción y equipamiento de nuevos y diversos talleres que llegaban como nuevas alternativas de desarrollo profesional y técnico, más una Banda de Música.
A partir del año 2000, surge el Bachillerato en Electricidad, y en 2003 se incluyen los Bachilleratos en Letras, Soldadura y Gestión Empresarial.
El colegio no detiene su marcha, su historia lo demuestra. Sigue adelante en su búsqueda incesante por obtener nuevas conquistas y sumarlas a las ya logradas.
Biografía del Maestro José Bonifacio Alvarado
José Bonifacio Alvarado nació en el distrito de Soná el 5 de junio de 1893. Realiza sus estudios primarios en su pueblo natal y luego se traslada a la ciudad capital donde continúa sus estudios en el Colegio del Istmo. Motivos de salud le impiden continuar estudios superiores y regresa a su pueblo donde ejerce como maestro de educación primaria.
Escribió “Leyendas y Tradiciones, Soná desde sus Albores”, un relato histórico acerca de la evolución del distrito de Soná desde sus inicios.
Junto a su esposa, Isabel Alvarado de Alvarado, forma su familia de la cual nacen once hijos.
Luego de una larga enfermedad, llegando a perder la visión, muere el 26 de marzo de 1970.
Sus restos mortales reposan en el cementerio de Soná.
Biografía del Profesor Rafael Cornejo
Rafael Cornejo Amores nació un 20 de abril de 1928. Junto a su esposa, Sara Sáenz de Cornejo, forma su familia compuesta por tres hijos, cinco nietos y tres biznietos.
Educador por convicción, realizó estudios universitarios en la Universidad de Panamá en donde obtuvo el título de Profesor de Segunda Enseñanza.
En 1960 y bajo su liderazgo, promovió y logró junto a otros sonaeños la creación de un Primer Ciclo Secundario, el cual abre sus puertas a la juventud estudiosa el 6 de mayo de 1963. Fue director fundador de este plantel educativo, cargo que mantuvo por doce años.
Autor de cuentos, poesía y diversas publicaciones en periódicos.
Concejal ad honorem del Municipio de Soná de 1952 a 1956, y de 1964 a 1968. Fue en varias ocasiones presidente del Concejo Municipal.
En 1976 fue nombrado subdirector en el Colegio José Antonio Remón Cantera. También fue director del Colegio Angel Rubio. Al cumplir sus treinta años consecutivos al servicio de la educación nacional se acoge a la jubilación y regresa de forma permanente a su amado Soná.
Fue elegido Representante del Corregimiento Cabecera de Soná, de 1989 a 1994.
Presidente del centro de colaboración Jacinto Velásquez Riasco.
Presidente del Comité Pro-Rescate de la Soberanía Nacional.
Presidente del Comité de Salud.
Presidente de la Asociación de Jubilados y Pensionados.
Miembro por once años del Club de Leones, capítulo de Soná, en sus años gloriosos, ocupando diversos cargos, entre ellos el de presidente.
Muere el 20 de abril de 2007.
Sus restos mortales reposan en el cementerio de Soná.
Un Olvido Inmerecido
Rafael Cornejo. Como queda plasmado en esta publicación, su nombre está estrechamente ligado a la historia del colegio, siendo figura destacada en el logro para Soná de contar con el plantel que hoy se tiene.
Su ardua labor, su conquista para el pueblo, no merece caer en el olvido. Y es por ello que, haciendo un espacio aparte, resalto lo siguiente.
El Prof. Rafael Cornejo, junto a un grupo de personas, encabezó y lideró un movimiento que buscaba una mayor oportunidad de estudios y superación para los sonaeños.
“Sin lucha no hay victoria”. Y aquello fue una gran lucha y, como tal, nada fácil de ganar. Hoy se cuenta y se escribe en pocas palabras, como si hubiese sido poco el esfuerzo. Y no fue así.
Aquellos días no fueron fáciles. No fue fácil lograr que esos terrenos municipales, donde hoy se erige el plantel, fuesen destinados para construir una nueva casa de estudio. En el camino no faltaron las disputas, disgustos y malos ratos. De los tragos amargos no se habla mucho, pero el proceso generó mucha tensión.
Tomar en cuenta que, aparte de todas las gestiones, tiempo y esfuerzos para lograr la creación del Ciclo Secundario, se enfrentó al nuevo reto de obtener la matrícula exigida por el Ministerio de Educación. Pero, por más exigencias y desafíos en el camino, nada lo detuvo, y fue así como desarrolló una campaña de concientización de la comunidad. Para ello dictó charlas en las escuelas al Club de Padres de Familia. Destinó gran parte de su tiempo para realizar visitas de casa en casa, convenciendo a todos de que el mejor legado que podían dejar a sus hijos era la educación. Aquel fue su principio inspirador, su fuerza, que logró transmitir y que se coronó con éxito.
Muchas personas preguntan por qué el colegio no lleva su nombre. No sé si en el presente las cosas sean diferentes, pero en el pasado no se le podía otorgar el nombre a una escuela si la persona a reconocer aún vivía.
En este sentido, él no buscaba nada. Él actuaba por convicción, no por la búsqueda de un aplauso o reconocimiento.
Hoy, es la primera vez que expreso mi sentir en este tema, y oportunidades he tenido muchas, pero lo evité. Lo hago ahora, cuando muchos estudiantes han preguntado a mi familia en Soná y a mí, tanto por escrito como por teléfono, acerca de su biografía. Al sugerir preguntar en el colegio, dando por hecho que allí debe reposar toda la información vinculada al mismo, me entero que NO EXISTE NADA acerca de quien fuera su primer director. ¡NADA!
Que en su momento no se le pudiera honrar con su nombre al colegio, honor más que merecido por su ardua labor y trayectoria, no significa que hoy merezca que lo olviden, que el mismo plantel ignore hoy quién fue Rafael Cornejo, una figura marcada en su historia. Una historia que no se puede contar sin mencionar su nombre. Sin su persistencia y determinación no se habría logrado nada en aquellos días.
Hoy, por increíble que parezca, no existe información alguna acerca del Prof. Rafael Cornejo en el colegio, nada referente a él, el gran gestor y primer director de esta casa de estudio. Imperdonable e injusto por demás decir. ¡Una vergüenza!
Como único gran “reconocimiento” solo se encuentra una foto en la dirección del colegio, eso es todo lo que han encontrado los estudiantes al investigar acerca de él. Razón de peso para pensar que todo su esfuerzo parece ser totalmente ignorado por el mismo plantel por el cual tanto luchó.
Si hay un busto que debe exhibirse allí es el de él. Y que todos los estudiantes sepan quién fue y lo que hizo por ellos. Su mérito no es solo por haber sido el primer director del colegio, o por su larga trayectoria como educador, ni por su gran actividad dentro de la comunidad. Su mérito va más allá, y tiene que ver con visión, con ideales, con sueños de un mejor porvenir para nuestra población.
Siempre lo definí como un hombre de mente brillante, y hoy considero que adelantado para su época.
En cuanto al colegio, rescatar lo que tengan a mano del plantel y no permitir que páginas importantes de su historia se pierdan en las sombras del olvido. Honor a quien honor merece…